Ya me habían avisado de que en el momento en el que tenías un niño ocurría, pero siempre pensé que la gente exageraba. Será cuestión de organizarse. ¿Cómo no vas a sacar un par de horas para ti en todo el día? ¿Con lo que deben dormir los bebés?!
Ahora lo entiendo. Quiero irme de viaje. Aprovechar el fin de semana para hacer mil y un planes (ya dormiré el lunes). Ver las pelis de Anna Karenina y El Gran Gatsby.
Quedar con amigos que hace tiempo no veo. Una escapada romántica. Terminar de leer “La casa Riverton” y pasar un rato en la casa del libro buscando un objetivo interesante.
Ponerme en forma. Un partido de tenis. Una salida de las de… “hasta que el cuerpo aguante”. Quedar entre semana de cervezas en una terracita. Un paseo de esos en los que no tienes hora de vuelta.
Hacer no uno, sino varios álbumes de fotos. Una quedada de sólo chicas para comentar los modelitos de las últimas bodas. Apuntarme a clases de pintura. Escribir en el diario (me quedé en el 31 de Diciembre, ¿es eso normal?)
Escribir otro post. Hacer varios “collages” con el taco de revistillas que invade mi casa. Buscar unas cortinas para el cuarto del niño (después de un año, ya es hora). Ir al cine de verano. Al de no verano. Ir de rebajas (sí, me están guardando a mí lo mejorcito de cada sitio). Organizar otra escapada…
Porque tenían razón.
La vida de papis trabajadores es agotadora. Es la sensación continua de no tener tiempo para nada.
Eso sí, el que estás con tu niño es el más precioso que has podido imaginar nunca.
Cambias una o muchas cosas por otras, mucho más importantes. Mucho más bonitas.
Una sonrisa de tu bebé no tiene comparación alguna.
Este no es un post de nada. Ni de moda, ni decoración, ni de viajes. Es mucho más.
Dedicado todos los padres del mundo. Los míos los primeros.
Y sobretodo a mi marido y mi niñito. Lo mejor de mi vida 🙂
Psdta: a partir de ahora me voy a organizar bien de verdad, jajja
Pero que bonita eres!
Precioso comentario, tanto como la autora