Cuentos de la Alhambra

Muy buenos viernes!
Después de bastantes días, encuentro el momento de escribir algo; se están hasta pasando las “Fashion Weeks”, razón por la cual empecé el blog…

El caso, el domingo es mi cumple, y mi madre me ha regalado la super plancha GHD. Después de mil años sabiendo que es la buena, por fín la tengo!!! Ya que estaba, invertí en el cojo-producto para proteger el pelo, y en el champú. Los dos de Kerastase, a cual más caro. Por supuesto, mi idea era dejarme el pelo ondulado-peinado a la par que natural. Creo que no me salieron ni dos rizos. Anda que no voy a tener que practicar! Lo mejor es, cuando una compi al día siguiente me pregunta, bueno, que tal la plancha, cuando la vas a estrenar?? jajjajaj que ruinaaa!!
Pelos aparte, hoy quería comentaros un libro que me está encantando. Es un clásico, y seguro que muchos habeis leído:  “Cuentos de la Alhambra”, de Washington Irving, sobretodo para los que somos de Granada, y reconocemos los lugares que describe. Y…¿Cuantas veces hemos subido a la Alhambra a “enseñársela” a los amigos que vienen de fuera?. Realmente, nunca he sabido mucho que contarles, y ahora,,,¡Ays, si hubiera leído ésto antes! La de historietas chulas!!!
Consigue, incluso estando en el metro, rodeada de gente hablando y demás comodidades que todos los que viajamos en transporte público conocemos, hacerte sentir en plena Alhambra. Esos jardines. Aire primaveral, olor a rosas del Generalife. Ese sabor morisco que te hace transportarte a épocas pasadas. La frescura del bosque de la Alhambra. El murmullo de fuentecillas por cada esquina por la que pasas. Esas vistas maravillosas de toda la ciudad por un lado, la imponente Sierra dominando por otro, y al fondo, la Vega. Irving consigue descubrirte los más bonitos amaneceres. Historias de bellas y delicadas princesas, casi siempre encerradas, para protegerlas de los malhechores, y más que nada, de los caballeros. Tesoros moros enterrados en las ruinas de una de las torres. Sólo los descubren, como debe ser, la dulce e inocente niña, o bien, el “buen hombre”, siempre pobre y de gran corazón. Ejércitos moros encantados, galopando sobre sus preciosos caballos árabes. El apuesto príncipe que habla la lengua de los pájaros, que se escapa para buscar a su amada. Guitarras y cantos de los más bonitos romances. Preciosas muchachas de ojos negros, que bailan fandangos y tocan las castañuelas. Las melodías más bonitas, que embriagan a todo aquel que las escucha….
“Una tarde, ascendiendo el estrecho barranco repleto de higueras, granadas y mirtos que divide la jurisdicción de la fortaleza de la Alhambra de la del Generalife, quedé maravillado ante la poética vista de una torre morisca que se alzaba en el recinto exterior de la Alhambra, encima de las copas de los árboles, y recibía los rojos reflejos del sol de poniente. Un solitario ajimez a gran altura permitía ver el panorama del valle, y cuando estaba mirándolo se asomó una joven con la cabeza adornada de flores….”  
Whashington Irving
 
Ays,,,, que bonito todo!! 🙂
Espero que paséis el mejor de los fines de semanas!!
Muchos besos
AlhambraFoto : Alhambra

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